Cuando ayer dando una vuelta por el supermercado vi una cesta de boniatos supe que había llegado el otoño ¡Que alegría más grande cuando te reencuentras con esos productos de temporada que te encantan y que tanto echas de menos el resto del año! Calabazas, castañas, granadas y membrillos irán invadiendo nuestras cocinas en los próximos meses.
Los boniatos siempre me recuerdan a mi abuela Maruja. Si cierro los ojos puedo oler ese delicioso aroma que, en las tardes de invierno, invadía toda la casa. Batatas asadas en el horno que nos comíamos de postre, para merendar o con cualquier excusa, porque a todos no encantaban, sobre todo calentitas en días de frío.
Esta vez, pensando en plantearos algo diferente (aunque sin ánimo de menospreciar ese manjar dulce que es el boniato asado y ya está; sin más y porque sí), he echado un vistazo al frigorífico y he elaborado una receta que ha quedado bastante resultona y muy, muy sabrosa. No hay nada más emocionante en un plato que ese momento en el que te llevas un poco a la boca y… ¡Uuuuuummmmm! ¡Vaya montón de sabor! ¡Que cosa más buena!
He decidido llamarlo Boniato griego a mi manera porque su relleno es bastante similar a la ensalada griega tradicional. Resulta un plato sencillo y ligero. Los bueno de estas recetas tan versátiles es que te permiten tantas combinaciones como productos tengas en la despensa. En cada ocasión podéis prepararla con aquello que más os apetezca, combinando sabores, texturas y temperaturas diferentes. Puede ser vegetariana o vegana en función de si decidís prescindir o no del queso y el tzatziki. En ese caso, la salsa de yogur elaborada con postre de soja resulta muy buena opción a la hora de proporcionar cremosidad sin emplear productos de origen animal y con un resultado aun más ligero. Espero que lo disfrutéis.
INGREDIENTES:
- 1 boniato
- 4-5 tomates cherry
- 1/2 cebolla roja
- 4-5 aceitunas negras
- 1 trocito de rulo de cabra o queso feta
- 1 puñadito de rúcula
- 1 yogur griego natural
- 1 pepino pequeño
- ½ diente de ajo
- 2 cucharadas de AOVE (aceite de oliva virgen extra)
- 1 cucharada de vinagre de manzana o zumo de limón
- 1 cucharita de eneldo (mejor fresco)
- 1 pizca de sal
PREPARACIÓN:
Envolver el boniato en papel de aluminio y asar en el horno a 200 Cº hasta que al pincharlo esté blando. A continuación, rallar el pepino y poner en un cuenco dentro del frigorífico mientras continuamos con el resto de la receta. Picar la cebolla muy finita, los tomatitos en cuartos, las aceitunas en rodajas, desmigar el queso y reservar. Sacar el pepino del frigorífico, exprimir y retirar el exceso de agua y añadir el yogur, el ajo triturado, el eneldo picadito, el aceite de oliva, el vinagre o limón y la sal. Remover bien y reservar en frío. Cuando el boniato esté blandito sacar del horno, desenvolverlo del papel (con cuidado de no quemarnos), cortar por la mitad y dejar templar. Poner encima la ensalada, abundante tzatziki y unas hojas verdes frescas. En esta ocasión nosotros hemos añadido rúcula porque nos encanta su sabor ¡A comer! ¡Bon appetit!